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EL ÑATO

Había una vez un ñato comprador de cerdos. En ese tiempo el Resguardo Zenú  era puro monte y las viviendas estaban bastante retiradas. Un día salió a comprar marranos y se lo cogió la  noche con un viaje de puercos. Llegó a una casa vivía una viejita Y ella le dijo; “Mira mijo”, no te vayas porque por allí sale el gritón. El ñato le contesto: “que gritón, ni que gritón  ni que nada”, yo me voy.

 

El diablo paso toda la noche rondándolo y cuando era casi de día  se retiró y le dijo: “anda y agradece que te subiste a ese palo que se llama vara santa, sino para enseñarte a respetar a los hombres” y el ñato le contesto “anda y agradece tu que no hay un policía o un alguacil para hacerte recoger los puercos, uno por uno”

Cuando eran como las doce de la noche y el mundo estaba e silencio, oyó un grito y él le contestó con otro grito.  Siguió caminando y los gritos se acercaban más a él.  Cuando el ñato se dio cuenta que las cosas no eran de juego se acordó de la viejita y se subió a u palo de vara santa. En ese momento se le acerco el diablo en forma de huracán y estremecía el árbol  donde se había subido el ñato para tumbarlo.

 

Con tanto alboroto, todos los puercos se regaron.

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